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La pandemia y ¿El fin de una era? por Laura García

Publicado por Aster en Noticias    29 de abril de 2020   

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Fue prácticamente en el cierre de este número un poco tardío de abril, que nos llegó la información de que Rolex, Tudor, Patek Philipe, Chopard y Chanel decidieron abandonar Baselworld. Unos pocos días más tarde, el Grupo LVMH con sus marcas TAG Heuer, Hublot y Zenith acompañaron esta definición. Ya habíamos armado una nota, enumerando algunos de los cambios para la edición 2020 que se iba a llevar a cabo a fines de abril y luego a causa del Coronavirus, se iba a aplazar para fines de enero del 2021. Sin lugar a dudas, el Covid-19 marcará un punto de inflexión para el mundo en general. Para la economía, el mundo financiero, la salud mundial, las comunicaciones, y hasta para la forma de interrelacionarse entre las personas. Un mundo antes y otro muy diferente a partir de haber atravesado esta pandemia. Todos los ámbitos y sectores se verán afectados de alguna manera por esta realidad. A uno, personalmente, le gustaría que todo cambie para mejor, que sirva para una profunda toma de conciencia sobre las cosas realmente importantes de la vida. Es una instancia niveladora, ya que nos iguala, en cierta medida, a todos.

Para quienes no están al tanto del curso de los últimos acontecimientos en lo que concierne a los grandes salones de relojería, les contamos que a fines de febrero, cuando se empezó a complicar la situación en Italia por el virus, se prohibió en todo territorio helvético la realización de eventos con grandes aglomeraciones de público. Así fue que, primero el Salón de Ginebra –ahora llamado Watches & Wonders– y después, al día siguiente, Baselworld decidieron suspender sus respectivos salones. Aunque nadie iba a imaginar en ese momento la magnitud que alcanzaría el Covid-19, que enseguida se convirtió en pandemia, lógicamente hubiera sido una locura la realización de este tipo de manifestaciones, considerando la cantidad de gente proveniente de los puntos más remotos del planeta que se dan cita cada año en Suiza. Hasta ese punto, todo es razonable. Sin embargo, nunca me pareció lógico la fecha de fines de enero del 2021 para la realización de Baselworld y dejar sin efecto el acuerdo de coordinación de fechas con el Salón de Ginebra. Según manifiestan ahora las autoridades de Baselworld, esta fecha se habría acordado con el Comité de Expositores Suizos y las marcas que hoy se están yendo de la mayor feria de relojería, existente hasta este momento. Luego comenzaron las desavenencias cuando las empresas participantes de Baselworld comenzaron a reclamar el reembolso integral por la cancelación de la edición 2020, sin arribar a un acuerdo que resultara satisfactorio para las partes.

La incertidumbre parece ser la sensación general en estos tiempos difíciles. Y algo de pesimismo también. Temo a estas alturas que, cuando la edición impresa de la revista esté llegando a sus manos nos enteremos que Baselworld se termina. ¡Qué pena, una manifestación de más de 100 años...!. Surgen entonces demasiados interrogantes: ¿Tan mal se han hecho las cosas?. Tantos años de arrogancia, de actuar sin considerar la posibilidad de que un día el éxito se termina, de no escuchar las necesidades de los distintos actores. Quizás había buenas intenciones en los nuevos directivos de Baselworld, no lo podemos asegurar. Pero sí, estaban poniendo toda la imaginación y los recursos para sacar adelante esta Feria centenaria. ¿O cometieron los mismos errores que las administraciones anteriores, que gestionaron durante muchos años subidos al caballo del éxito?. ¿El Covid-19 mató o infectó a Baselworld? ¿O sirvió para adelantar un desenlace que ya era anunciado?.

Por otra parte, circula una información de que las marcas que dejan Baselworld participarían de otra exposición en abril del año próximo, paralela a Watches & Wonders y organizada también por la Fundación de la Alta Relojería. Y me pregunto: ¿es oportuno o sano que esto suceda, que todos los salones sean organizados por un mismo grupo o institución y que no haya competencia?. La vertiginosidad de los hechos, no permite imaginar cómo seguirá esto. Como tampoco se puede prever qué sucederá con las pequeñas y medianas fábricas relojeras familiares e independientes. Las secuelas que seguramente dejará el Coronavirus en su paso serán significativas. Quizás estas empresas queden tan debilitadas que tampoco podrán invertir las grandes sumas de dinero que implica participar en Baselworld.
Analizando la situación desde el plano financiero, siempre se habló de la importancia de Baselworld para la economía suiza y particularmente para el cantón de Basilea. Me atrevo a decir que será catastrófico, dada la relevancia del Salón, para la industria hotelera y gastronómica en Basilea y alrededores. Aunque muchos dirán, con razón: «no nos olvidamos de los muchos años de abuso por parte de estos sectores cuando todo brillaba cada mes de marzo en Basilea».
Sinceramente, escribo estas palabras desde una profunda tristeza. Mi inquietud es si habrán hecho lo suficiente todos los actores comprometidos en que esta Feria siga funcionando, esto es: políticos, autoridades de Baselworld y grupo organizador, comités de expositores, federaciones, empresas participantes, sindicatos, industrias, etc. En fin, siempre dije que nuestra historia como medio gráfico estuvo ligada a la historia de la «Feria de Basilea», de la cual escuchaba hablar desde muy pequeña y la que visito cada año desde el año 2003. Me parece imposible pensar o imaginar que no existirá más. El tiempo dirá...

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