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Hans Noll, Fundador y Embajador de Hanowa

Publicado por Aster en Noticias    1 de Septiembre de 2019   

A la edad de 81 años, Hans Noll, Fundador y Embajador de Hanowa y de Swiss Military Hanowa brinda la oportunidad a la marca suiza de enriquecer su historia y compartirla con sus aficionados a través de un libro en el cuál este patrón atípico de la industria relojera, conocido por su habitual discreción, recuerda sus inicios y todo lo que él ha logrado. Este empresario, que ha consagrado toda su vida al tiempo, está tomando finalmente un poco de tiempo para el mismo. A mitad de camino entre embajador, ex-director, apasionado y nostálgico, Hans Noll va allí donde lo lleva su corazón. Y él mismo no tiene problemas en admitir: «mi corazón late siempre por Hanowa». Después de todo Hanowa es la abreviación de Hans Noll Watches. Hans Noll es Hanowa desde 1963.

Hans Noll dedicando afectuosamente su libro a las periodistas argentinas de Aster Internacional.

En 1963, Hans y su esposa crean Hanowa
Ambos tenían la firme voluntad de ser independientes. Relojeros luego. Pero una cosa llevó a la otra. La relojería atrapó al patrón que se transformó en un verdadero aficionado de los relojes. «Una vez adentro, uno no sale más. Es una profesión mágica. Admirable. Particular. Muy personal. El reloj mide nuestro tiempo. Nuestra vida. Es sentimental». El fundador admite que hoy sería casi imposible reiterar la hazaña de lanzar su marca como él lo ha hecho. «La coyuntura era diferente». Una coyuntura que Hans Nolls ha sabido, por otra parte, manejar siempre con una buena dosis de discernimiento y sagacidad. Al igual que con la crisis del cuarzo, en los años 70´, que él supo resolver expeditivamente. «He comprendido rápidamente que con la categoría de precios a la que yo apuntaba, me haría falta el cuarzo. Nos hemos adaptado con velocidad». Pese a las fluctuaciones económicas, el gentleman relojero brindó otro consejo muy radical, a quien quiera escucharlo: «preservar el espíritu joven». Lo cual va en línea con la idea de «rodearse idénticamente de un equipo que se encuentre en la flor de la edad».

Paris C. Brown, CEO de Swiss Fashion Time, junto a Laura García, Directora de Aster Internacional y Nadine Posadas, Redactora, en la torre más alta de Basilea.

En 1990, Hans Noll funda Swiss Military Hanowa
«Un integrante de la competencia había lanzado su reloj Swiss Army, y todos mis clientes me solicitaban algo similar. Yo había hecho contactos, pero me di cuenta que para ofrecer estas prestaciones, yo debía crear una nueva marca». Enseguida pensado, (casi) inmediatamente realizado. Swiss Military Hanowa veía el día. «Yo desembarqué en Baselworld con mi modelo único. Éste era de acero, brazalete de cuero, cuadrante plateado. En resumidas cuentas, bastante clásico. No obstante, uno de mis más grandes clientes me dijo que yo había ganado la lotería». Mirando hacia atrás, cuando todo parece haber seguido su camino, el patrón reconoce que esta nueva empresa le ha costado algunas noches en vela. Apostemos que no serían las primeras ni las últimas….

En ocasión de los 55 años de Hanowa en diciembre de 2018, cuando se le hizo entrega a Hans Noll de un cronógrafo Swiss Military Hanowa Challenger Pro.

En 2009, Hans Noll vende Hanowa y Swiss Military Hanowa
Hans vende con tranquilidad: el comprador era un amigo y él sabía que la esencia de las marcas iba a eternizarse. Desde entonces, este apasionado de la relojería no ha cambiado su ámbito. Si bien reconoce haber prestado su saber hacer a otras marcas, él nunca dará vuelta definitivamente la página de Hanowa. «Esta experiencia me ha permitido descubrir personas extraordinarias. Contactos que han evolucionado de lo profesional a la amistad. Ello valió verdaderamente todos los esfuerzos del mundo». Cuando es consultado por «el» hito de su trayectoria, le es difícil encontrar uno puntual. O más bien, se niega a seleccionar uno solo. Más que con un momento, él prefiere culminar con un credo: «no es necesario vender un producto, sino más bien una marca. Ello otorga valor y esencia al reloj».
Del mismo modo, cuando se le solicita que se detenga sobre la elección de un reloj, le resulta una misión imposible. Pero en el puño del caballero relojero reina un Swiss Military Hanowa automático adquirido hace 12 años. «Él me corresponde, es simple, es preciso y yo lo amo». Entonces, finalmente, si la historia comienza con esperanzas, objetivos e inversiones, se persigue a merced de las fluctuaciones económicas y tecnológicas, continúa al ritmo de los esfuerzos, en definitiva, todo puede resumirse en el amor a la profesión. Y eso, justamente a Hans Noll no le falta.

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