D inámica, moderna y presente en las metrópolis del mundo entero, pero siempre atenta a sus raíces suizas, Wenger festejó en 2018 su 125º aniversario. Para la ocasión, presentó por primera vez un reloj con mecanismo automático en su colección Attitude. Fundada en 1893 en Delémont en el cantón del Jura, era la única empresa junto a Victorinox, que fabricaba el «Swiss Army Knife», famoso en el mundo entero. Hoy, la marca que pertenece a Victorinox desde 2005, produce y comercializa relojes y equipaje destinados a viajes profesionales y privados. Los productos Wenger son fiables, funcionales, bien diseñados y adaptados a las tendencias actuales. Están destinados a personas que se desplazan frecuentemente y aprecian la confiabilidad de un producto suizo.
Ir allí donde nadie lo espera, sorprender y causar sensación, de eso se trata la edición limitada Attitude Heritage Automatique. Por primera vez en más de 10 años, Wenger presentó un reloj con mecanismo automático. Homenaje a su filosofía de calidad, de precisión y de artesanía de excelencia, Wenger eligió el movimiento automático de referencia ETA 2824-2, un calibre portador de la herencia técnica relojera suiza. En una caja en acero cepillado vertical con un bisel pulido, destaca una esfera blanca realzada con números arábigos e índices geométricos con un grafismo original que le proporcionan al Attitude Heritage Automatique un aspecto totalmente retro.
Reforzando su estilo neo-retro, 1393 piezas llevan un brazalete en cuero marrón con costura color beige, mientras 500 modelos hacen alarde, dentro de la continuidad de la esfera, un brazalete en acero de cinco eslabones. Para distinguir este modelo tres agujas y fecha, del alter ego con movimiento de cuarzo, el cuadrante exhibe la mención «Automatic» y «Limited Edition», mientras el fondo en cristal de zafiro de la caja revela el mecanismo automático, como así también la numeración única sobre la totalidad de los modelos producidos.
Un reloj que a menos de 400 francos suizos confirma que Wenger crea relojes de calidad suiza a un precio razonable. El verdadero valor de un objeto no reside en su precio, sino más bien en el valor intrínseco de su razón de ser, de su personalidad, de su savoir-faire.