C omo ocurre con numerosos inventos prodigiosos, el cristal de aventurina nació a raíz de un error. Un soplador de vidrio del siglo XIX de Murano, en Italia, vertió de forma fortuita virutas de cobre en vidrio fundido. El resultado fue el cristal de Aventurina, un material salpicado de inclusiones de metales muy apreciado desde entonces y que recibe su nombre de la expresión italiana «a laventura» (a la aventura) en honor a esta feliz coincidencia. Parmigiani Fleurier es pionera en el uso de la Aventurina en relojería y cuenta con un gran número de ediciones especiales que le rinden homenaje en una esfera de reloj. Estas piezas se conocen como «Galaxy» y transcriben la resplandeciente constelación evocada por el material. A su imagen y semejanza, el Kalparisma Nova Galaxy representa un cielo salpicado de estrellas alrededor del cual se lee el paso del tiempo. Las agujas en forma Delta están esqueletizadas para que no oculten nada del espectáculo celeste y para reforzar la delicada feminidad del reloj.
El oro rosa y sus reflejos tornasolados armonizan con los índices y la estrella Nova. 46 diamantes Top Wesselton engastados adornan los bordes laterales de la caja.
Uno de los grandes éxitos de la colección Kalparisma es su segundero pequeño en las 6 horas en forma de estrella que da una vuelta sobre sí misma cada minuto. A medio camino entre función relojera y decoración maravillosa, el «Nova» está inspirado en una pieza de la colección Maurice- Yves Sandoz, restaurada en el seno de los talleres de Parmigiani Fleurier. El dorso de este reloj de bolsillo estaba cubierto de estrellas que comenzaban a girar cuando se activaba la repetición de minutos. Esta animación impresionó a Michel Parmigiani y supo que un día la recrearía en un reloj de señora mucho antes de que empezase a diseñar el Kalparisma. La restauración nunca ha abandonado el corazón de Parmigiani Fleurier ni ha dejado de ser fuente de inspiración de las creaciones actuales. Esta pequeña estrella encuentra su sitio, ahora más que nunca, en el centro de la esfera que evoca la galaxia. En astrología, el término «Nova» designa a una estrella que, de repente, se vuelve muy brillante. Este golpe de efecto le sienta bien al Kalparisma Nova Galaxy.
El Kalparisma Nova Galaxy se encuentra disponible en dos versiones majestuosas que difieren en el material de su caja, pero sobre todo en el engaste que las cubre. El oro rosa en primer lugar y sus reflejos tornasolados armonizan con los índices y la estrella Nova. 46 diamantes Top Wesselton engastados adornan los bordes laterales de la caja, con un total de ~0,84 quilates que brillan al jugar con la luz. Esta edición de oro rosa engastada está limitada a 50 piezas. En los lados de la pieza, la versión de oro blanco es aún más exclusiva: 8 piezas en total, que fascinan por su engaste «nieve». En este caso, toda la caja está engastada siguiendo una disposición milimétrica de los diamantes y una variación hábil de su tamaño: más pequeños en la periferia y más grandes en la cima de las inflexiones de la caja. Cada una de las 184 piedras toca su partitura en este fresco de ~2,28 quilates que evoca la nieve resplandeciente y casa a la perfección con la constelación de la esfera.
El calibre PF332 es el primer movimiento mecánico de cuerda automática de Parmigiani Fleurier. Se encuentra en el Kalparisma desde el año 2008 y hace de este el primer reloj mecánico de la marca para mujer. Este movimiento posee un doble barrilete montado de serie que estabiliza la distribución de la energía para que se transmita al regulador con un nivel constante. Cuenta con los más bellos acabados de Alta Relojería: los puentes están arenados, estirados o presentan una decoración Côtes de Genève, posteriormente angulados a mano y finalmente rodiados. La masa oscilante de oro de 22 quilates está guilloqueada con un motivo de «grano de cebada». Esta exigencia de excelencia es la misma que Michel Parmigiani ha inculcado a la marca: cada uno de los 220 componentes, por muy pequeño que sea o por muy oculto que se encuentre, se merece el más noble de los acabados. Este cuidado por el detalle constituye la belleza de la Colección Kalparisma.